
…Irme al Thyssen por la mañana, ver dos Hopper; quedar con Balzac y Rivette por la tarde en un cine al lado de mi casa. Salir corriendo para volver a ese santuario que tiene forma de nostalgia infantil, santuario romántico, donde mejor me encuentro aquí porque me deja perderme entre sus cuentos. Entre sus personajes; entre el olor a café y prensa vieja…
Contemplar absorto el filme de uno de los padres de la Cinemateca Francesa... Y asistir a la proyección de un documental que trata sobre el rodaje de una película que amo mucho, de mi querido Jess Franco, rescrita por ese genio llamado Portabella.
Llegar a casa y leer Bodas de sangre, y releer a Bukowski ¡Y dormirme después de ver Hatari!
Madrid tiene días grandes y días memorables porque hay miles de cosas que hacer…
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