
Hace tiempo decidí condenarme a estar sin ti una eternidad. Decidí buscarte en todos los rostros que robo cada noche. Y no pasa el día en el que el sol se oculte y luego vea tu sonrisa dibujada en el cielo de la noche oscura. Creo que no existen las noches en las que no grite tu nombre cada vez que decido llevarme conmigo a alguien.
He luchado por borrarte de mi memoria. Pero hoy, tras mirarme en el espejo, me ha parecido que volvías para que pudiese llevarme por última vez tu recuerdo.
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