viernes, 6 de junio de 2008

Al azar de Baltasar

Fue mi fetiche durante años y cuando por fin conseguí verla pasó a ser el recuerdo más memorable que tendré del cine en vida (junto con El sur y Hatari!). Al azar de baltasar sintetiza muchas emociones, está filmada con auténtica ternura (atentos a los cinco primeros minutos que son enormes). Y es de un rigor formal que roza el éxtasis: los cuerpos fragmentados, los fuera de campo, las elipsis, la repetición, los actores como modelos... Toda la teoría del viejo Bresson se condensa en poco más de hora y media.
Es difícil expresar con palabras lo que significa para mí, y como ocurre con las auténticas películas resulta mejor dejarse llevar. Bresson es y será junto a Hitchcock, Hawks y alguno más, lo más grande que ha dado el cinematógrafo.

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